jueves, 29 de diciembre de 2011

Desfile de sombras

Aquel día me desperté sobresaltada.
Mi cuerpo sudaba entre las húmedas sábanas de mi mugrienta cama.
Era un día normal, de cualquier mes, de cualquier año... Encendí un cigarrillo intentando calmarme y de paso, otorgarle algo de luz a la densa oscuridad que me rodeaba; era de día, pero la persiana desplegada hasta el infierno, cerrada a cal y canto, no dejaba pasar ni el más mínimo resquicio de luz.
Así pasé varios minutos, sumergida en mi noche artificial, dejando que la vida siguiese su curso tras esas 4 paredes.
Aunque, ese día no seria otro simple día más en mi vida, sólo que yo hasta entonces no lo sabía...
De pronto, noté una extraña fuerza, la cual no alcanzo a definir, revelándose contra mi cuerpo, algo no iba bien. Rápidamente saqué los pies de entre la ropa y me dispuse a incorporarme, pero, antes de poder reaccionar las piernas me fallaron, como si cansadas de aguantar mis esfuerzos se hubiesen rendido, y caí al suelo quedando completamente inmóvil.
Durante varios minutos debí perder la conciencia, pues no sabría decir a ciencia cierta lo que pasó después.
Sólo guardo dos recuerdos certeros de aquel  rato que permanecí tirada en el suelo: uno, la sensación de tener los ojos secos y no ser capaz de cerrarlos, dos, la imagen de mí misma simétricamente delante de mí, sonriéndome.

martes, 25 de octubre de 2011

La voz del silencio

Llevo varios días dándole vueltas a un asunto que me llena de una gran impotencia: nuestra sociedad.
Vivimos en una sociedad donde lo importante es presumir de zapatillas nuevas, donde lo material es más importante que lo personal, donde nuestra felicidad está implícita y basada únicamente en nuestro nivel de riqueza.
Me parece una buena filosofía, claro que sí me lo parece, contando que viviésemos en el Mundo Ideal que nos cantaba Aladín allá por el año 1992.
No creo que nuestra sociedad actual sea consciente de las cosas tan sumamente importantes que nos rodean, las cuales podrían cambiar si la mitad de la mitad pusiésemos de nuestra parte, pero nunca lo hacen. ¿Cuál es nuestra realidad? Nos plantamos como zombies delante de la televisión a contemplar como otros usan nuestro dinero para enriquecerse (más aún si cabe), como cualquier hombre, mujer o ser viviente de este país puede tomar la decisión de que otra u otras personas continúen o no viviendo sin que pase nada; a mirar como cada día miles de personas mueren por desnutrición en países subdesarrollados que tienen que serlo para que los países que se consideran como desarrollados puedan continuar con su actividad capitalista.
No logro entender cómo la incertidumbre más grande de la mayoría de los españoles es con quien se casa, se divorcia o se acuesta el torero ''fulanito'', la princesa ''setanita'' o el futbolista ''jaimito''.
Me indigna pensar que algún día, mis hijos puedan formar parte de un colectivo de tal calaña. Y que conste que mi intención con este escrito no es resolver los grandes problemas del mundo, que tantos años lleva ya roto, sino que al menos, unos pocos de los que lean esto, aunque sólo sea por casualidad, paren un momento y recapaciten sobre lo que nos está pasando, sobre cómo estamos dejando que se nos pase la vida, como títeres en manos de un ser divino que nos venden como fé, pero que poco tiene que ver con la verdad.

Mi voz se pronuncia, como otras tantas, desde el silencio. Más vale que despertemos pronto, porque, nuestro mayor problema no es la crisis económica señores, somos nosotros mismos.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Canon de Belleza

Para tod@ aquel que sigue fielmente el canon de belleza actual estipulado por la sociedad (o debería decir por Cocó Chanel...) y se empeña en criticar lo diferente... Quiero dejar claro que:
- No quiero llevar una talla 34, me encanta mi cuerpo en una 38/40.
- No pretendo que mi piel adquiera un tono sardina, no me digas más que tengo que ir a la playa, me gusta que mi piel sea blanca, me parece perfecta tal y como está; y si se trata de pedir, pediría que fuese más clara aún.
- No me gusta tener que restringirme de ninguna comida, ni me gustan las dietas, deja de decirme eso de '' tú no estás gorda, estás rellenita'' no aspiro a pesar 45 Kg., estoy orgullosa de tener caderas y piernas grandes y un buen trasero.
Y por último, pero no menos importante...
- No me digas que cuando me arreglo parezco una antigua, si TÚ no entiendes el concepto ''Vintage'' no es mi problema. Comprende de una vez que mi canon de belleza a seguir no es Lady Gaga, sino Marilyn Monroe.

He dicho!!

Bienvenidos a mi Blog!! :)